El ajedrez y la literatura en los tiempos de la inteligencia artificial

Cuando nos contaron que la literatura iba a morir con la llegada de las IA

El ajedrez en la literatura

Lev Tolstoi empezó a jugar a ajedrez en la Universidad de Kazan, en 1844, al inicio de sus estudios de Derecho y Lenguas Orientales, que luego abandonaría. El ajedrez tuvo tanto protagonismo en su vida que en cierto momento dejó de asistir a la ceremonia de entrega de la Cruz de San Jorge, que se había fallado a su favor, porque prefirió quedarse en casa jugando al ajedrez. Esto le costó el arresto.

Tanto Nabokov como Zweig o Mayorga crearon obras relacionadas con este deporte.

Ajedrez e inteligencia artificial

En 1997 tuvo lugar un duelo histórico entre una inteligencia artificial y un humano. Deep Blue (creada por IBM) venció al imbatible Ogro de Bakú, a Garry Kasparov, en el tablero de las 64 casillas. Con los años la contienda entre hombres e inteligencias artificiales dejó de tener sentido por la superioridad aplastante de estas últimas. Entre inteligencias artificiales (que tienen sus propios torneos) la contienda la ha dominado Stockfish y, en los últimos años, AlphaZero (vinculada a la empresa Alphabet, a la que pertenece Google). AlphaZero ha logrado superar a todas las demás jugando partidas contra sí misma.

La complejidad del ajedrez y la complejidad de la literatura

Elon Musk dijo que, en el fondo, el ajedrez es un deporte sencillo (supongo que coincide con que a él no se le da especialmente bien) y que solo son piezas moviéndose dentro de un tablero de 64 casillas. En realidad, me suena a aquella famosa leyenda del rey que invitó a un matemático indio a comer y este le mostró su invención y le enseñó a jugar. A modo de agradecimiento, el rey le dijo que podía pedirle cualquier cosa. La petición que formuló el sabio fue aparentemente humilde: Solo quería un grano de trigo multiplicado por dos por cada una de las 64 casillas del tablero. Así, en la primera casilla habría 1 grano de trigo, en la segunda habría 2, en la tercera habría 4, en la cuarta habría 8, en la quinta, 16 y así sucesivamente en lo que hoy llamamos crecimiento exponencial. Cuando el contador real terminó de hacer sus cálculos, le comunicó al rey que estaba arruinado. El rey le debía al sabio 18.446.744.073.709.551.615 granos de trigo. La cantidad de granos de trigo superaba en valor a todos los activos del reino.

Decir que el ajedrez es sencillo, es no comprender el ajedrez. Y les diría lo mismo a los que creen que la literatura es sencilla. Al fin y al cabo, ¿qué es la literatura más que una sucesión de 27 letras dentro de un libro?

Las inteligencias artificiales poseen la fuerza bruta necesaria para jugar al ajedrez. AlphaZero consulta 80.000 posiciones por segundo (si son pocas es gracias a su innovador sistema de red neuronal), Stockfish busca 70 millones y Elmo busca 30 millones. Los humanos, incapaces de realizar tantos cálculos, nos dejamos llevar mayoritariamente por intuiciones, patrones y las partidas anteriores que los más privilegiados de este deporte puedan aprenderse de memoria. El mejor jugador de la historia posee un Elo máximo de 2882, mientras que los motores de ajedrez poseen un Elo que ronda los 3400 puntos. Esto, en definitiva, se traduce en que poner a jugar a Magnus Carlsen, el mejor jugador de ajedrez de la historia, contra una inteligencia artificial equivaldría, en posibilidades de victoria, a poner a jugar a Magnus Carlsen contra alguien que lleva un mes practicando este deporte. Las posibilidades de que Magnus Carlsen obtenga una victoria algún día contra cualquiera de los motores de juego actuales son 0.

Trampas en el uso de las inteligencias artificiales en el ajedrez y en la literatura

Desde hace tiempo además, las trampas en el ajedrez se han multiplicado. En los torneos oficiales de ajedrez los jugadores tienen prohibido usar el móvil y, desde entonces, ha habido casos de móviles escondidos en los cuartos de baño y de jugadores que, misteriosamente, tenían demasiadas ganas de ir al baño durante sus partidas.

En 2022, estalló un escándalo ajedrecístico que incluso superó la reducida esfera del ajedrez. Un joven jugador, Hans Niemann, fue acusado de hacer trampas contra Magnus Carlsen. Musk especuló en Twitter que el método empleado podía tener que ver con señales de motores de ajedrez enviadas a través de bolas anales (para sortear los cacheos y detectores de metal) con vibraciones en código. Y, aunque no se demostró, las jugadas de Niemann fueron todas brillantes y demasiado similares a las jugadas propias de dichos motores, que suelen ser difíciles de imaginar y de entender para los humanos. ¿Representó esto el fin del ajedrez? Todo lo contrario. Lo único que logró es que el ajedrez ganara popularidad y que se hablara de este deporte.

Cada vez tenemos más indicios de que se están vendiendo libros escritos por inteligencias artificiales bajo los nombres de autores ficticios de las misma manera que ya hay modelos creadas por IA que mueven fortunas. ¿Debería esto preocuparnos?

¿Es este el fin de la literatura?

Desde hace años llevo reivindicando, en contra de la nueva crítica académica, que el autor y su vida sí juegan un papel relevante. Es importante que haya un autor en redes al que conozcamos, con sus más y sus menos. Y es importante poder conocer al autor en la presentación de su libro: saber cuánto mide, cómo se expresa, si usa perfume o si nos dedica su libro con buena o mala letra. Porque la diferencia entre el libro y el libro escrito por una inteligencia artificial reside en el autor. Y lo mismo ocurre con el ajedrez: ¿Cuántas partidas de ajedrez entre máquinas estarías dispuesto a ver? Sin embargo, puede que ahora te entren ganas de ver una partida de Magnus Carlsen y puede que incluso te entren ganas de ver esas polémicas partidas entre Carlsen y Niemann.

Además, las jugadas hechas por las inteligencias actuales son tan difíciles de seguir que ni siquiera los grandes maestros pueden entenderlas.

A mí, por lo menos, no me gustaría leer una obra escrita por una inteligencia artificial a la que le ha costado minutos o segundos escribirla. Alguien me dijo que es absurdo dedicar nuestro tiempo a leer la obra de alguien que ni siquiera ha invertido su propio tiempo en escribirla.

Qué ha aportado la inteligencia artificial al ajedrez y que aportará a la literatura

Las inteligencias artificiales han revolucionado y han sentado las bases del ajedrez moderno. Los motores de ajedrez pueden analizar las debilidades de ciertos patrones, buscar las mejores respuestas, refutar ciertas aperturas, y los jugadores pueden memorizar esas jugadas, de la misma manera en que estudian y memorizan las jugadas de los grandes maestros de la historia. Lo que en un principio parecía una amenaza, se terminó convirtiendo en una herramienta.

¿Nos encontramos ante la muerte del escritor?

Parece que lo que a los escritores nos viene a la mente cuando nos hablan de IA en la literatura son solo autores artificiales que escriben obras automáticamente; pero creo que la utilidad de las IA en el mundo literario puede ir más allá. Creo que en un futuro se usarán las inteligencias artificiales de la misma manera que hoy en día se utilizan los libros (y no nos hace falta memorizar las obras), los diccionarios, las enciclopedias, los procesadores de texto y Google. ¿Estamos haciendo trampa si buscamos en Google cómo vestía la burguesía del XIX? ¿Hacemos trampa cuando utilizamos un diccionario de sinónimos?

Creo que el siguiente paso es utilizar las IA a nuestro favor. ¿Cómo? Todavía no lo sabemos. Pero si la creación literaria es uno de los ámbitos más duros y exiguos económicamente, creo que no nos podemos cerrar todas las puertas al progreso y no podemos ser los únicos que decidan no beneficiarse de las ventajas que nos ofrece la tecnología. Si la física, la química y la neurología llevan tantos años beneficiándose de sus cálculos y aproximaciones; ¿por qué no deberíamos usar la inteligencia artificial los escritores, siempre que sea como herramienta para el proceso creativo? ¿Por qué tenemos que ser siempre los más puristas? ¿Alguien cree que se le va a aparecer Cervantes para darle las gracias si no lo hace?


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Comentarios

2 respuestas a «El ajedrez y la literatura en los tiempos de la inteligencia artificial»

  1. Avatar de Elena maria ruiz

    No se si es la gran trampa de la modernidad la IA.
    Muy desafiante para los que aun creemos en los supuestos de el analisis profundo, la investigacion.
    Y la literatura.
    Para los que nos formaron en la importancia de desarrollarar funciones cognitivas superiores.
    Desafiante el camino.
    Un tema algido digno de una discusion.

    1. Avatar de serragerard

      Gracias por tu respuesta, Elena. Pues, como dices, es un tema complicado. Yo miro a la IA con algo de temor, pero también creo que debemos beneficiarnos de ella (ya que no podemos hacer nada para evitar su avance).

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