A mi modo de ver el título debe ser evocador y debe contener una pregunta: ¿A qué se referirá con eso? Debe ser el inicio de algo, como lo es un haiku. No debe obedecer a modas y no importa si es una palabra o si son quince. La clave es que sea sugerente: que no desnude el libro.

Pero veamos qué opinan mis amigos lectores:

• José Emilio: El tema central de dicha obra condensado en pocas palabras, que suene bien fonéticamente y que lleve al lector a que quiera saber de qué va la cosa.
• Lola Alemany: Gancho.
• Mariana Cofré: Puede ser llamativo y representar lo que trata la historia o también ser más misterioso y que el contenido del texto haga que el lector se dé cuenta de por qué el autor le puso ese título.
• José María: Te iba a responder que originalidad, pero luego lo he pensado y creo que es todo lo contrario: debe responder a los cánones de su género. Por ejemplo, un libro del tipo «La inspectora de Hacienda de Auschwitz» no podría tener un título genérico y literario.
• Enrique C.: Un excelente texto detrás.
• Ana Bande: Creo que hay que concebirlo como un verso, aunque sea suelto. Ejemplo: «Estación. Ida y Vuelta» (RCh.), o una palabra que sea bella por su misterio y estimule la lectura como «Alcancía».
• Patricia Díaz: Una buena novela detrás. Aparte de eso, originalidad y algo de lírica.
• Antonio Serrano: Corto, conciso e intrigante.
• Claudia: La esencia de la obra sin revelarla hasta pasada la mitad… además debe ser atractivo para nuestro cerebro, desafiante, en parte.
• Ana Barallobre: Creo que debe ser breve y creativo, no caer en lugares comunes; tal vez la unión de palabras no frecuentemente juntas que brinden un pequeño anticipo del texto.
• Fernando Pineda: Un buen título debe ser bello y sugestivo.
• Mau Vega: Una buena obra que lo respalde. Un buen contenido. Nadie puede negar el acertado título que es Cien años de soledad, avalado por su contenido. ¿De qué te sirve un titulazo con un mediocre contenido?
• Teresa Sauri: Brevedad, sobre todo.
• Birdie: Ha de ser corto, intrigante, enganchar y que represente a la novela sin descubrir nada.
• REX: A mí me parece que toda obra debe llevar por título lo que a su autor le sugiera el trabajo que ha realizado, lo que resuma con creces su contenido, o unas palabras que definan el momento vital que atravesó el autor a la hora de redactarla.
• Orkinus Delfino: Contenido en poco espacio.
• Jovendon: Gancho. Pero si no es un desastre, prefiero guiarme por la sinopsis.
• Guillermo López Franco: Pistas, promesas y musicalidad.
• Julio: Por lo menos una palabra que tenga fuerza y que provoque una reacción fuerte al escucharla, como guerra, amor, sangre, odio, libertad, etc.
• Maria Lucia Riccioli: Evocación.
• Virbe: Impacto, misterio, despertar el interés.
• Sergio Marentes: Algo que no tenga la obra.
• Belge: El título no importa.
• Poeta en vilo: Tres palabras que toquen hondo.
• Helena: Que te haga pensar mucho porque no entiendes la relación de ese título con nada del libro… ¡hasta que llegas a una parte del libro!… En mi caso, eso es un plus. Otros prefieren metáforas. Yo es que con los títulos banales no puedo.
• Francisca Bustos: Atrapante y que pique la curiosidad.
• Nazareno: El encanto de la expectativa.
• Andrea: Un buen título debe tener tres palabras que resuman el contenido.
• Sonia: Buff. Me cuesta más decidirme por el título que escribir el libro.
• Puri Ramírez: ¿Musicalidad? Si el título tiene más de una palabra, claro. En otro caso, una palabra sonora, contundente y que a todo el mundo le evoque algo.
• Humberto Peralta: Ahora es moda que el título sea provocador, a veces rupturista, sobrecargado, inentendible. A mí me gustan más los que ayuden al lector a plantarse frente a la obra, como una guía, un faro.
• Rodrigo Osvaldo: Cuando pregunté en un taller cómo elegir un título, el autor me respondió que nunca conoció que un título salvara una obra. De acuerdo o no, para mí el título se descubre en la lectura, que sea llamativo, provocador. De inmediato se me viene a la mente Tomates verdes fritos.